Lo más sorprendente del estudio fue que muchos de los adolescentes no se sienten cómodos a la hora de contactar con un orientador o psicólogo cuando se sienten mal. Esto supone un gran problema e indica que aún no está normalizado ir al psicólogo y está mal visto. Otra pregunta interesante es que muchos adolescentes sí que tienen a alguien con quien hablar de sus problemas, esto nos indica que muchos de ellos prefieren hablar con sus amigos en vez de con un profesional por miedo a quedar mal. También hay algunos de ellos que no tienen con quién hablar y esto es un problema muy grave. Aquí adjuntamos un par de imágenes del estudio.